El álbum: ‘Farsa (género imposible)‘ (Universal Music Spain, 2020) responde a la inquietud de Sílvia Pérez Cruz en relación a “la dualidad de lo que se muestra y lo que realmente somos, por cómo sobrevive la fragilidad del interior, de lo íntimo, en estos tiempos en los que la superficie es tan arrasadora, en los que lo que se ve se puede llegar a confundir con lo que se escucha.” explica Silvia Pérez Cruz. “Donde lo visualmente jugoso puede estar vacío. Lo hueco. La mentira” avisa cantante y compositora (Palafruguell, Girona, 1983).

 

Por si queréis escuchar estos maravillosos temas:
https://www.google.com/urlsa=t&rct=j&q=&esrc=s&source=web&cd=&cad=rja&uact=8&ved=2ahUKEwjTgdv5w9DxAhUxAGMBHZnqArwQtwIwAXoECAYQAw&url=https%3A%2F%2Fwww.youtube.com%2Fwatch%3Fv%3Dj-3EEXoYPsM&usg=AOvVaw2FnWM7gP1TO2zTs1NVbdan

 

El robot TARS de la película Interstellar explica a los humanos que está programado para ser sincero en un 90%, el 10% restante  está programado para poder ser diplomático, o discreto:

”Ser totalmente sincero no siempre es lo más diplomático ni lo más seguro a la hora de comunicarse con seres emocionales”.

 

SINCERICIDIO es expresar la verdad sin filtros; es la verdad desnuda, la que duele y genera conflictos. El niño a menudo verbaliza lo que piensa: “¡El emperador va desnudo!!”¿Recordáis la historia?

La inteligencia emocional se ocupa de eso. La persona con una adecuada inteligencia emocional es capaz de gestionar adecuadamente su comunicación relacional diciendo la verdad de una forma asertiva, con la suficiente sensibilidad para que la persona a quien se dirige pueda recibirla sin sentirse mal.

En ocasiones, solamente una persona muy cercana afectivamente puede ser la más adecuada cuando hay que informar a alguien de una verdad que puede doler. Otras veces, es mejor alguien desconocido que no tiene un vínculo próximo, y por ello puede contener mejor el dramatismo de lo que debe comunicarse.

La Sinceridad construye, el Sincericidio destruye

Lo podemos comprobar en los chats y en los comentarios de las redes sociales. Amparados en el anonimato hay personas que se dedican a desahogarse y expresan sin filtros lo que piensan. Resulta mucho más difícil ser “sincericida”con otra persona cuando hablamos personalmente:  nos atrevemos menos. 

La sinceridad está bien valorada socialmente. Educamos a nuestros hijos para que sean sinceros porque si son mentirosos se les va a rechazar. Sin embargo, entramos constantemente en contradicción: mientras enviamos este mensaje educativo, nuestro modelo constantemente lo pone a prueba.

¿Cuántas veces decimos a los niños que les queremos como son y, a la vez, corregimos su manera de hacer? 

Educamos quitando importancia a los defectos físicos, sin embargo mostramos cómo intentamos cambiar lo que nos desagrada de nuestra fisionomía con dietas o incluso con cirugía. ¿Cómo pueden interpretar estos mensajes los niños? 

A menudo sucede en nuestro entorno social y también en el trabajo que surgen debates sobre ideas o valores. ¿Qué hacemos cuando alguien defiende una idea contraria a la nuestra?¿Cuando nos empieza a hervir la sangre porque estamos escuchando lo que para nosotros son estupideces mal argumentadas y defendidas por la fuerza de la imposición?¿Cuando hablamos con alguien que necesita sentir que tiene razón y que únicamente sintoniza consigo mismo y que le resulta imposible siquiera intentar atender para comprender tu punto de vista?

Comenzar a discutir en una atmósfera semejante va a conducirnos de lleno al Sincericidio. No nos va a ser posible controlar la emoción que genera el rechazo a la actitud de esa persona, y las consecuencias van a perjudicar una relación que nos vemos obligados a mantener ya que , en este caso, resulta que es un familiar, colega de trabajo, o pertenece al grupo de amigos.

Es importante saber elegir a las personas adecuadas, que sean capaces de cuidar de nuestras confidencias y nos escuchen sin juzgarnos. Aún así, ser demasiado sinceras puede dar lugar a una respuesta que no esperamos por parte de la otra persona.

El Sincericidio entre la pareja no es muy recomendable cuando se refiere a relaciones anteriores y/o a las relaciones íntimas con otras parejas. Fácilmente se puede entrar en temas comparativos, y eso no ayuda a la relación.

Anticiparse en aconsejar a alguien, aunque tengamos muy claro lo que pensamos, es altamente desaconsejable: mejor escuchar primero a la persona afectada!

Qué placer decir NO a un acontecimiento social que nos obliga a actuar para dar una imagen “comme il faut”!! Cuidar también en este caso la forma de decir NO nos ayudará a minimizar el sufrir luego las consecuencias!

 

¿Cómo evitar sincericidarnos?

No se trata de mentir sino de aprender a seleccionar la información que, buscando el mal menor, no vaya a empeorar la situación, a herir al otro, o a exponernos en modo prostitución de nuestra intimidad.

De hecho, aprender a mantener la propia intimidad y compartirla con las personas más cercanas nos hace personas más honestas, cuando conocemos a alguien que no nos tiene confianza todavía y nos cuenta sus mayores intimidades, no nos hace sentir que sea una persona confiable, ni alguien que se respeta, así que es muy probable que se sienta también poco respetado. 

Eso nos lleva a la importancia de permitir que las relaciones se vayan construyendo poco a poco, evitando saturar la relación, al principio, con un exceso de informaciones declaradas. 

Cuando tenemos una opinión muy clara sobre algo y queremos compartirla con el otro, es mejor tener en cuenta, en primer lugar, la verdad del otro obviando verdades absolutas: respetar el “mapa” de creencias del otro.

Es decir, tratar de persuadir en vez de imponer. Comprender el punto del otro, compartirlo, y desde ahí introducir también nuestro punto de vista. Al menos será la mejor forma de que el otro nos escuche. Y aunque no lográramos cambiar su punto de vista es una buena opción para evitar el conflicto y poner a la defensiva al otro negando cualquier opción a la comunicación. 

 

Por lo general, se persuade mejor a la gente mediante las razones que ellos mismos han descubierto que mediante aquellas que llegaron a través de la mente de otros.” Blaise Pascal.

 

Hay una estratagema china maravillosa para evitar el sincericidio en determinados casos, dice: “Mentir diciendo la verdad”, así podemos utilizar solo una parte de la verdad mientras la otra queda oculta cuando queremos excusarnos por no hacer algo o ir a algún evento o encuentro social. Es decir, para hacer eso que tanto nos cuesta a algunos, decir NO. Podemos decir “lo siento, necesito descansar”,en vez de decir “hoy no tengo ganas de verte”, muy probablemente, si decimos la verdad absoluta a esa persona, con la honestidad como bandera, es mejor que no tengamos ganas de verla nunca más, pues muy probablemente quien no quiera vernos más será ella, cuando sería justo para cualquier persona tener derecho a no querer ver a alguien un dia, pero no por ello debemos “sincericidarnos”.

En este ejemplo seductor Mario Benedetti nos enseña a ser sinceros, no sincericidas:

Tú estás en tu cama 

Yo en la mía

No es la misma

Algo estamos haciendo mal

Eso es asertividad!! ¿Qué te parece, eres capaz de ser asertivo en los momentos más complicados, con la persona que te interesa?

 

Esperamos que este artículo te haya ayudado.

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