Cada inicio de año nos planteamos propósitos u objetivos a conseguir. A veces conseguimos nuestros propósitos pero demasiado a menudo tenemos dificultades para lograrlo, o simplemente tiramos la toalla a medio camino. Solemos hacernos propuestas demasiado generales como “Tengo que hacer ejercicio”,  “Voy a sentirme mejor conmigo mismo”, “Este año me ocuparé más de mi familia”, “Lograré mejorar mi trabajo”, etcétera… y nos quedamos ahí. Son grandes objetivos a cumplir, nos hacemos una idea más o menos de cómo tenemos que actuar, a menudo pasamos a la acción…. Y abandonamos dejándonos llevar de nuevo por las rutinas de siempre; nos sentimos mal entonces porque no hemos sido capaces de cambiar nada de lo que deseábamos.

 

Tanto coaches como psicólogos tienen en cuenta, o directamente recomiendan, seguir la fórmula SMART para que los objetivos puedan llevarse a cabo.

Efectivamente, resulta más fácil poder tener éxito en lograr lo que deseamos, si nuestro objetivo es:

 

  • Específico (Specific), bien definido y determinado.
  • Medible (Measurable), puede comprobarse de forma práctica.
  • Alcanzable (Attainable), es realizable.
  • Relevante (Relevant), es importante para nosotros.
  • Acotado en el tiempo (Timely).

 

Pero una vez tenemos claro el objetivo, y cumple los requisitos que lo hacen realizable, toca pasar a la acción, comenzar a actuar para llevarlo a cabo. 

A nuestro pesar, la motivación muy a menudo no basta para emprender el camino. La procrastinación, o el posponer, resulta inherente a la persona, ya que nos permite ahorrar energía. Este motivo tan práctico y físico, resulta un esfuerzo en ocasiones importante para emprender lo que nos hemos propuesto, a pesar de que es lo que deseamos.  

 

Una estrategia que puede ayudar bastante para comenzar, es la de empezar con una pequeña modificación diaria que te dirija hacia el objetivo. Cada mañana puedes dedicar cinco minutos a pensar: ”En el día de hoy, teniendo en cuenta que mi jornada va a ser esta .. (pensar en lo que tenemos que hacer ese día), qué es lo que podría hacer para avanzar un pequeño paso hacia mi objetivo, cuál podría ser el pequeño cambio que me ayudaría a adelantar en mi camino.” Pensar entonces en alguna de las tareas que nos ayudarían, y escoger la más fácil, la más pequeña, y hacerla. Si cada día hacemos caso a esta estrategia, iremos obteniendo pequeños cambios en nuestro camino, hasta que la suma de los cambios nos resultará un cambio más grande, que nos irá acercando al objetivo. 

Recorrer esa ruta que nos hemos marcado resultará más fácil si comenzamos dando pequeños pasos, que si nos obsesionamos en dar grandes zancadas. El ir poco a poco además, nos permitirá concentrarnos en los detalles de lo que deseamos lograr. De esta manera nuestra mente irá registrando esos pequeños detalles que a lo mejor pasan desapercibidos a nuestro consciente, pero que quedarán registrados igualmente, pasando a formar parte de nuestra información interior para que podamos utilizarlos cuando los necesitemos. Por este motivo, resulta muy beneficioso y de gran ayuda cuando, al emprender el camino hacia nuestros logros, viajamos con los ojos bien abiertos: “Despacito y buena letra”, ¡como dice el refrán popular! O, siguiendo el pensamiento de Jawaharlal Nehru: “ Vivimos en un mundo lleno de belleza, encanto y aventura. No hay fin a las aventuras que podemos  tener si buscamos con los ojos abiertos”.   

 

Constantemente nos surge cambiar el objetivo primero. No sabemos porqué, pero nos invade la sensación de que hay otra cosa mejor para nosotros que lo que habíamos previsto. Gracias al “viajar con los ojos bien abiertos” recopilamos información como hemos afirmado anteriormente; esa información se va incubando y mezclando con lo que ya teníamos; nuestro cerebro continúa trabajando y elaborando incluso en sueños. De ese trabajo surgen muchas ideas inspiradas o descubrimientos: es la SERENDIPIA, puede que en ese camino descubramos algo que no habíamos planteado, algo que no buscábamos pero que nos hace tener las cosas más claras o incluso nos muestra un camino nuevo al que nunca hubieramos llegado si no hubieramos dado el primer y minúsculo paso hacia nuestros objetivos. 

 

Así, para poder lograr tus objetivos, desde ACCIÓpsicología, te recomendamos:

 

  • Utilizar la fórmula SMART.
  • Utilizar la estrategia de los pequeños cambios. 
  • Abrir los ojos y estar atento a través del camino que recorres.

 

Ir paso a paso y con los ojos bien abiertos, comenzando por el primer escalón, como dijo Martin Luther King:

“Da tu primer paso ahora, no es necesario que veas el camino completo. Solo da el primer paso. El resto irá apareciendo a medida que camines.”

La Evitación Que Construye Las Fobias

Sugestivamente, la terapeuta estratégica pide a la persona que sufre a causa de unas limitaciones que no le permiten hacer todo lo que desearía:   -EVITA EVITAR PERO, A LA…

Bullying y Violencia

Bullying y violencia, hablamos de lo mismo.   Definimos violencia como “el uso intencional de la fuerza física, amenazas contra uno mismo, otra persona, un grupo o una comunidad que…

La Mujer De Bronce // The Bronze Woman

“Encuéntrame un lugar en el sol, en el mar, sobre una roca, cerca de una isla del Caribe: allí la asentaré, honorable y libre”. Así comienza el poema de Cécile…